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martes, 22 de octubre de 2013

El Cirineo: Luces y sombras en el Rosario de la Paz

Luces y sombras confluyeron el domingo a las orillas de Capuchinos con motivo del Rosario celebrado en honor de la Reina de la Paz y Esperanza.

La luz Ella, siempre Ella. Porque por más que llueva, truene o ventee, Ella está por encima de las miserias mundanas y brilla poderosa derramando su maravillosa grandeza sobre todo aquél que se acerca a mirarle a los ojos y rezarle bajito. Porque Ella siempre luce maravillosa por más que se empeñen en adornarla con un incomprensible broche que a algunos le recuerda al escudo de la policía nacional, regalado por quien seguramente tendrá apellido o cercanía a algún cargo.

Y las sombras… las sombras casi todo lo demás. Porque pese a que la idea de visitar todos los conventos del barrio se antoja una medida acertada que desde hace años se viene materializando, la puesta en práctica deja bastante que desear.

El Rosario de la Paz, hace mucho que dejó de ser de la Aurora; y esto no es achacable a la actual Junta de Gobierno sino a la anterior; en un absurdo intento de congregar mayor afluencia de fieles alrededor de la Señora. Los que tenemos edad suficiente y memoria (algo que cada vez escasea más en la Corporación Capuchina) sabemos que cuando el Rosario de la Paz era de la Aurora no sólo no era menor el número de participantes sino que incluso superaba en afluencia a la actual celebración, cuestión esta perfectamente demostrable con material gráfico. Sería deseable que el actual responsable de la Hermandad y el delfín que pretende sucederle se parasen a analizar cuidadosamente las causas del alarmante descenso de participantes y/o acompañantes en un acto que poco a poco ha ido perdiendo todo el sabor que tenía antaño.

Por cierto que el delfín, único precandidato conocido hasta la fecha, y para tranquilidad de algunos y desazón de otros, único que se vislumbra en un futuro inmediato, haría bien en participar en el evento en lugar de pulular por la ribera del cortejo; tiempo habrá de campañas electorales si llegado el caso existe un candidato alternativo. Si los miembros de la propia Junta de Gobierno no participan en el Culto mal vamos. Difícilmente podrá pedírsele al resto de hermanos su participación en el mismo si quienes han de dar ejemplo no lo hacen.


Desde luego, aunque no es la única causa, en algo ayudaría a la escasa afluencia de fieles y público el repentino cambio de hora el día antes de la salida, para, según parece, respetar el horario de misas de San Miguel; algo que, con total seguridad ya estaría establecido con la suficiente anterioridad como para no ser necesaria modificación alguna. En este sentido resulta llamativo que el cortejo acudiera a la Parroquia a la que el Convento de Capuchinos pertenece para adorar al Santísimo; lo que resulta inaudito es que ese interés desaparezca en Semana Santa. 

No es de recibo que una hermandad como la Paz, que pone en la calle a más de mil personas cada Miércoles Santo, entre nazarenos y costaleros y descontando a las bandas, que no son hermanos de la Cofradía, presente al pueblo de Córdoba un cortejo de poco más de veinte componentes, treinta siendo generosos (además de los coros), aderezado por alrededor de un centenar de acompañantes en animada charla matutina sin ninguna intención de participar en rezo alguno, inaudible por otra parte. Todo un cortejo de juguete, parafraseando a Antonio Varo. Y al hilo del reducidísimo cortejo, impropio de una hermandad como la nuestra, por favor que alguien le explique a los responsables del equipo del Diputado Mayor de Gobierno (el Albacea de Desfile de toda la vida) que no son necesarios intercomunicadores con semejante cortejo, salvo que se pretenda provocar una sonrisa mañanera.

El Rosario del pasado domingo se limitó a ser una sucesión de conventos “y tiro porque me toca” sin prácticamente nada que hilvanara visita y visita. Que se sepa, un rosario “callejero” requiere que públicamente se recen los misterios que lo componen y salvo momentos puntuales esto casi no se produjo bajo el cielo de la mañana de octubre del pasado domingo. Si prácticamente sólo se reza en el interior de los templos, casi todos con un aforo muy limitado, no puede pretenderse que una masa se congregue para realizar un acto público de fe (porque de eso se trata) que les resulta ajeno al no poder acceder al interior de los conventos. Si se quieren visitar las iglesias del barrio, que se haga, pero el Rosario se debe rezar en la calle, y de modo que se sea audible por todos.

Para finalizar, una última reflexión; puede que el mestizaje musical genere cierta riqueza con carácter general, pero en lo que al Rosario se refiere, alguien va a tener que tomar una decisión acerca de qué tipo de acompañamiento musical debe llevar Nuestra Señora -Sí, he dicho Nuestra Señora, que así fue siempre. Como simple muestra de ello, véase cómo se llama la pequeña plaza que corona Bailío donde la Hermandad tiene su casa. Es bastante chocante empecinarse en llamar María Santísima a la Virgen y poner en toda comunicación Nuestra Señora de la Paz y Esperanza como domicilio corporativo; y si la memoria no nos juega una mala pasada, esto tampoco es achacable a la actual Junta de Gobierno. Ya se que se modificó el nombre metiendo el cambio con calzador con la aprobación de los nuevos Estatutos, pero eso no le quita ni un ápice de absurdo.-


La mezcla musical en este caso carece de todo sentido. O nos decidimos por el Coro Paz y Esperanza (que cada día suena mejor) como toda la vida de Dios o por “eso” que algunos llaman Escolanía, y que nunca ha sonado como tal y que ni siquiera se parece a una.

Sólo han pasado dos días desde el domingo. Hay todo un año por delante para reflexionar y subsanar lo que deba subsanarse. Y para recuperar el aroma especial que un día tuvo el Rosario de la Aurora de la Paz. Empezando por volver a ser de la Aurora.



Guillermo Rodríguez
@GuillermRodrigu













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