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domingo, 20 de julio de 2014

Candelabro de cola: Elecciones y otros acontecimientos (poco deseables)


Este curso cofrade que estamos a punto de cerrar ha estado marcado, sin duda, por la notable cantidad de elecciones a Hermano Mayor que se han celebrado en nuestras Cofradías. De la mano de las mismas han tenido lugar una sucesión de acontecimientos en el desarrollo de las campañas así como en los propios procedimientos electorales que, en el mejor de los casos y siendo inmensamente generosos, podríamos calificar de poco constructivos. El último ejemplo lo tuvimos el pasado fin de semana en los comicios que tuvieron lugar en la Hermandad del Calvario donde, si nadie lo remedia –que no tiene pinta-, no va a pasar nada. Pero esto no se puede tratar con la profundidad que se merecería porque si lo hiciéramos los responsables de las secciones de noticias y opinión de Gente de Paz seríamos tachados de poco rigurosos, de amantes de los escándalos o de no querer bien a nuestras Cofradías. Perfecto, que así sea. Quedémonos pues con la edulcorada visión de los amigos del poder. Más hermosa, ¿qué duda cabe? Pero, ¿veraz? En cualquier caso no deja de llamar poderosamente la atención que la autoridad eclesiástica, que tan duras se las gastó con aquel Hermano Mayor de los Dolores por un hecho tan ridículo como carente de importancia, comulgue ahora con rueda de molino con lo que muchas veces se le está poniendo por delante en los últimos meses.

Yo, por mi parte, creo que hay motivo para la preocupación con la evolución de los acontecimientos que han tenido lugar y de lo que de los mismos podemos colegir. Aunque sea muy posible que lo que tengamos no deje de ser aquello para lo que hemos hecho méritos en su justa ponderación. Ni más ni menos. La responsabilidad de los hermanos para con sus Cofradías, en la mayoría de los casos, creo que brilla por su ausencia. Aquí el personal ha resuelto, salvo honrosas excepciones, movilizarse únicamente si peligra el llamador de su capataz o si Mengano o Sutano prometen, por la gloria de su madre, que van a traer aquella prestigiosa banda que nos va a convertir en la Hermandad más popular de la ciudad (mucho me temo que al ritmo que vamos ya mismo empezaremos a oír hablar de share cofrade y de las Cofradías que hacen carrera oficial en el prime time del día, como tristemente ya hacen Guadalquivir abajo… y aquí sabemos que todo lo malo tiende a pegarse). Y poco más parece que nos pueda motivar a acudir a las urnas.

Para los que nos puedan tachar de tremendistas o de escépticos, ahí tienen la entrevista en este mismo medio a un antiguo Hermano Mayor de una de nuestras Cofradías, en la cual expone la mala situación por la que, en su opinión, atraviesa su corporación: dos años sin aprobar las cuentas o la presencia de personas en la casa de Hermandad para él desconocidas las cuales, a su vez, no le conocen a él (ciertamente preocupante esto último, que me tiene sin dormir desde que lo leí). Señor Moreno, ojalá los problemas fueran solamente esos… Llámeme loco si quiere, pero creo que una Hermandad en la que celebrar un cabildo general de hermanos en condiciones normales (esto es: sin que haya insultos, descalificaciones ni amenazas y sin que vuelen objetos) es pura utopía tiene ante sí un conflicto de mayor relieve que los que usted expone. Así es  fácil comprender que unas cuentas no se aprueben. Es imposible si ni tan siquiera se pueden rezar las oraciones de rigor sin temer por la propia integridad física. En estas circunstancias y siendo usted perfecto conocedor de cómo bajan las aguas por su Hermandad, habría resultado mucho más responsable por su parte realizar unas declaraciones bastante distintas a las que nos brindó: “vamos a intentar, entre todos, tender puentes de entendimiento entre la actual junta y la candidatura que se presenta” o bien “vamos a poner todos de nuestra parte para crear un clima de normalidad en la Cofradía”… Pero no. Es mejor decir que aquí sobra el Hermano Mayor y su Junta de Gobierno. ¡Eso es! ¡Muy bien! Francamente, si este es el sentido de “Hermandad” que el señor Moreno tiene no me extraña que en la última ocasión en que concurrió en solitario al cargo de Hermano Mayor sus hermanos votaran en su contra. Ojalá en la candidatura que se presenta haya gente que sí tenga claro que lo prioritario en la Hermandad es trabajar por ella por y con todos sus hermanos y, a la vez, fomente un clima conciliador. Si a unos cuantos les quedara claro que esto es lo prioritario en cualquier institución avanzaríamos muchísimo. Fomentaríamos Hermandades abiertas a todos en las que nadie fuera más que nadie, en lugar de cortijos privados donde personajes poco recomendables se dan culto a sí mismos por encima de a sus Titulares. Sitios en los que, además de proyectos patrimoniales –que también son importantes- hubiera proyectos ilusionantes en materia de caridad y obra social. No acabo de comprender muy bien cómo pretenden fomentar esto desde otros medios de comunicación (si es que desean hacerlo) pero, afortunadamente, sí tengo claro que en Gente de Paz colaboran personas que han asumido que la realidad de nuestras Hermandades no se cambia entonando loas por las esquinas a los influyentes ni mirando para otro lado ante acontecimientos desagradables que otros sistemáticamente ignoran. A lo mejor lo que escribimos no es tan poético ni tan bello como lo que otros ponen negro sobre blanco, pero sí estoy seguro de que lo que se escribe aquí se ajusta mejor a la realidad. Aunque a muchos les pese.

Marcos Fernán Caballero










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