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viernes, 26 de septiembre de 2014

Demetrio Fernández: "La unidad de España es un bien moral antes que social o político"



Reproducimos a continuación la magnífica entrevista que, el Diario Córdoba, ha realizado a Monseñor Fernández, donde se tocan temas tan peliagudos como el divorcio, el aborto, los problemas socio-políticos, entre otros.

Una entrevista para leer despacio y meditar.


(P) Sé que ha comenzado el curso con una agenda apretada.

(R) Sí, porque este será el quinto y último año de visitas pastorales, y este trimestre precisamente toca el mayor arciprestazgo de la diócesis: Lucena, Cabra y Rute. Por eso hemos empezado antes, en septiembre. Pero bueno... aquí se está hasta que el cuerpo aguante (ríe).

(P) Ya veo. Ha empezado el curso con energía. También reivindicando la enseñanza concertada en la reciente inauguración del colegio de La Trinidad.

(R) Sí, creo que ha sido un momento bonito para Córdoba, para la ciudadanía, para la sociedad... Es un colegio puntero en todos los aspectos: las tecnologías, las lenguas- en todo lo que hoy la pedagogía demanda, y que ha sido construido por la Iglesia al servicio de la sociedad. Respecto a lo de la defensa de la concertada, viene porque a veces uno escucha que solo tendría que existir la enseñanza pública, y la postura nuestra es una postura inclusiva. Se trata de incluir todo tipo de enseñanza según los padres elijan. La postura que postula una única enseñanza pública es muy dictatorial y excluyente. Ahí solo cabe un tipo de educación, en la nuestra caben todas.

(P) Hay un tema que hay que abordar, pero... ¿Está ya cansado de que se le pregunte por la polémica de la titularidad de la Catedral?

(R) No. Yo creo que es un asunto legalmente muy claro, pero mediática y políticamente da mucho de sí. Aquí nos atenemos todos a la ley y todas las opiniones son muy respetables, sobre todo por cauces democráticos, como se ha hecho con la propuesta del Parlamento andaluz. Que siga adelante. La ley dirá lo que ya dice la ley. Por cierto, yo quisiera felicitar al Diario CÓRDOBA porque ha tratado el tema muy equilibradamente.

(P) Muchas gracias. El año pasado hacía una oferta para debatir en un foro público la cuestión de la titularidad del templo e incluso cualquier otra cuestión. No se ha recogido el guante, ¿no?

(R) El obispo está abierto y no vive en una torre de marfil... Yo estoy pateándome la diócesis todos los días, la gente me pregunta y yo respondo. Por eso me tildan o me tachan de que "este obispo no se calla nada".

(P)¿Las polémicas también son un medio para hacerse oír?

(R) Sí, hay ocasiones en que a veces una polémica sirve para aclarar cuestiones de las que uno no se había dado cuenta. Yo personalmente soy amigo de la verdad y creo que es bueno que se discuta lo que se tenga que discutir y, después, todos nos atengamos a esa verdad que aflora.

(P) O sea, que no le tiene miedo a las polémicas.

(R) Hombre, si por polémica se entiende estar encizañando- pues no soy amigo de eso. Soy amigo de la paz. Pero si entendemos la polémica como debate... Para eso estamos, para exponer otros puntos de vista.

(P) Son unos momentos socialmente duros, y a usted le he oído últimamente hablar de los pobres y la pobreza, sobre todo tras unas visitas a barrios muy castigados por la crisis.

(R) Si uno no lo ve de cerca no se lo cree. Que la gente no tenga para comer hoy, que no tenga para pagar la luz o el gas, o que le embarguen la casa... Es todo muy angustioso. Y el obispo participa de esa angustia. No hablamos de una sola persona. En la ciudad hay tres bolsas de pobreza que son tremendas. Primero, porque son muy numerosas, y segundo, porque el umbral en el que está mucha gente es mínimo. Me impacta y lo digo. Y la Iglesia siempre ha sido amiga de los pobres.

(P) Ha pedido un gran pacto contra la pobreza entre administraciones y fuerzas sociales.

(R) Yo veo que hay un trabajo sincero por parte de todas las administración de intentar atender a esta población, y eso es muy de agradecer. Las cosas no se arregla en un día, pero se puede ser un poco la voz de todas esas gentes que no tienen voz, agradecer el esfuerzo a todos los que están trabajando, pedir más esfuerzo a voluntarios... y también a los católicos. Una ciudad que mayoritariamente es católica no puede ser insensible ante estas necesidades. No digo que se pueda arreglar, pero al menos no se debe ser insensible.

(P) Es un pensamiento muy acorde con la filosofía del Papa Francisco. ¿En qué otros aspectos está cambiando este papado la Iglesia de Córdoba?

(R) Cada Papa ha aportado lo mejor de sí mismo. Cada uno tiene su propio perfil. El Papa Francisco tiene ese perfil de hombre directo, cercano, con gestos muy expresivos que le hace estar muy cerca de la gente... Como el gesto de acercarse a los inmigrantes en la isla de Lampedusa- Es un grito. El Papa no lo va a resolver, ni nosotros tampoco, pero insiste en que no entremos en la indiferencia globalizada.

(P) Y al revés: ¿Qué aportará la Iglesia de Córdoba al papado?

(R) Yo he hablado con el Papa en varias ocasiones. Este año hemos tenido la visita ab limina y le he planteado cuestiones propias de Córdoba y otras generales, de Andalucía y España. ¿Qué qué podemos aportar? Lo hemos hecho por escrito explicando cuál es la situación, las necesidades, nuestros puntos de vista... Todo eso se tendrá en cuenta en el sínodo, en las dos sesiones en torno al mundo de la familia. Tenemos en España dos millones de parejas rotas al día de hoy. Eso es muy fuerte . Muchísimas de ellas están sufriendo la ruptura y el desamor. Tenemos una natalidad en un descenso que no garantiza ni la renovación generacional. Todo eso es una alarma social tremenda. Yo siempre digo que para qué vamos a tener carreteras o internet si no tenemos andaluces que lo disfruten.

(P) Ya que se habla del tema: ¿qué ocurre con miles de cordobeses separados? Algunos quisieran volver a la Iglesia plenamente.

(R) La Iglesia nos está diciendo continuamente que acojamos, que las personas no se sientan excluidas y siempre podemos ensanchar esas medidas de acogida. Ahora bien, al Papa mismo se lo preguntamos y él nos respondió que una persona casada por la Iglesia, que se haya divorciado y se haya vuelto a casar por lo civil, no puede acceder a los sacramentos. Dijo el Papa que "esto lo estableció Jesucristo y el Papa no lo puede cambiar". Digo esto porque a veces dice la gente que "va a cambiar todo" y hay cosas que no pueden cambiar. La Iglesia se debe a su Señor y su Señor sigue vivo.

(P) Volviendo al tema del Papa, Francisco tiene un especial cariño a Córdoba, ¿no? El caso de la congregación de carmelitas de Lucena a la que telefonea, el gesto de prolongar el Año Santo de San Juan de Avila.

(R) Aunque solo sea porque le suena, porque estuvo seis años destinado en la Córdoba argentina. Pero cuando le saludo me conoce y se acuerda de detalles y cosas concretas de Córdoba. No somos para él una diócesis más. Yo ya se lo he repetido varias veces: "Venga a vernos, venga a Montilla, a ver a las hermanas carmelitas de Lucena, venga a ver nuestra Catedral". La invitación a Córdoba está hecha, y repetida. Y él no dice que no. El Papa nos dijo que "de España solo conozco hasta Toledo" y los obispos del Sur le dijimos "pues es un pecado mortal" (sonríe).

(P) Precisamente uno de los motivos de la próxima visita del Papa a España, a Ávila, será uno de los objetivos del curso para la diócesis de Córdoba, ¿no?

(R) Es el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Es un personaje de envergadura, una mujer que vale la pena conocer. En Córdoba tendremos la apertura de la celebración el 15 de octubre, que es el día de su fiesta. Su figura va unida mucho en Córdoba a la de San Juan de Avila. Ella consultó a San Juan de Avila, él le mandó una carta preciosa y a partir de esa carta, que se considera la llave de oro de la mística del siglo XVI (nada más ni menos), ella se sintió muy libre para continuar con su reforma. Pero también tenemos otro objetivo muy importante este año: la promoción de los laicos, de los seglares. Se trata de organizarlos siguiendo la misma estructura de la diócesis. Unos laicos en Córdoba más organizados harán presentes a la Iglesia en todos los ámbitos. Y eso que la presencia ya es enorme. No hay parroquia que no sea el motor de la vida social. Y eso hay que ponerlo en valor y hacerlo saber. La Iglesia no es un parásito, es bienhechora de la sociedad.

(P) Las cofradías cordobesas son un ejemplo de ello. ¿no?

(R) Por supuesto, dentro del mundo seglar las cofradías tienen un potencial impresionante. Y están muy organizadas. Además, están pensando en la Magna Mariana del próximo año.

(P) Va a ser tremendo cuando se reúnan tan importantes imágenes de toda la provincia.

(R) Ya se lo he dicho: "Mira que ha sido a iniciativa vuestra, no mía". Pero hay un campo interno muy democrático en las cofradías. Que hablen, debatan y, al final, saldrá adelante lo que decidan... Y algunos están decididísimos (ríe). Me decían el otro día en Cabra que "no vamos a llevarla en una furgoneta. La Virgen de La Sierra va en su carroza de aquí a Córdoba. Ida y vuelta. Ya haremos un trayecto por pueblos para parar, hacer vigilias, rosarios"... ¡Y eso que es solo una de las imágenes! Con dos o tres imágenes que vinieran ya sería extraordinario, ¡y vienen veinte! El Puente Romano y La Ribera se quedarán chicos. Bueno, que sea lo que Dios quiera (sonríe).

(P) Un tema sociopolítico también están marcando el inicio del curso: la paralización de la reforma de la ley del aborto.

(R) En eso la Iglesia es muy clara y lo ha sido siempre: el objetivo es aborto cero, porque toda vida es sagrada. Ahora, en ese objetivo puede haber caminos favorables y gente que va en otra dirección. Si hay gente que para ir a Madrid se va hacia Málaga... no llega nunca. No todas las direcciones son iguales. Toda vida es sagrada y desde el momento de la concepción ya hay una persona, y eso lo certifica la ciencia. Y a partir de ahí, ya no es una cuestión religiosa, sino humanitaria: el que acaba de ser concebido es el ser más débil del mundo y a los débiles hay que protegerlos.

(P) Segunda cuestión socio-política que está marcando el curso: Cataluña. Hay 180.000 cordobeses que se bautizaron en esta diócesis y, tras emigrar, viven hace mucho allí.
(R) Ayer (por el viernes) me encontraba en El Tejar con una familia cuya mayor parte había emigrado. Ellos habían vuelto y sus hijos siguen allí, han hecho su vida allí, se consideran ciudadanos de allí. La Iglesia en este punto ha proclamado un principio y es que la unidad de España es un valor moral antes incluso que un valor político o social. Somos herederos de una herencia común de siglos y siglos. Por tanto, la postura de los obispos españoles en su conjunto, en su inmensa o casi totalidad, es salvaguardar la unidad de España como un bien moral. Después, ya los políticos dirán cómo debe hacerse eso. Es a ellos a quienes les coresponde, no a nosotros.
 
(P) Resumamos: ¿abruma un poco el trabajo de este curso?

(R) Bueno, cada día se hace lo que se puede y lo que no- para el día siguiente. Yo no me abrumo. Poco a poco, se va haciendo todo mientras que el cuerpo aguante, porque no crea que ya se está para muchos trotes (sonríe).








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