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jueves, 23 de abril de 2015

Cruz de Carey: La importancia de ser nazareno


En las hermandades hay distintos grupos de miembros como son costaleros, cuerpo de acólitos, capataces, miembros de la Junta de Gobierno, mantillas -en aquellas hermandades en las cuales está presente esta figura-, penitentes, etc., así como también los nazarenos. Es una figura dentro de un cortejo procesional que en algunos lugares no se le da la importancia necesaria. Uno de esos lugares es mi localidad natal, Almuñécar.

Veo cada año, como algunas cofradías disminuye el número de nazarenos que componen sus cortejos procesionales y que acompañan a sus titulares o devociones. En cambio, en otras veo que sí aumentan ese número, ya que pienso han realizado sus deberes de animar y concienciar a muchos devotos y hermanos para que se pongan el hábito y el capillo acompañen a su hermandad, y sus titulares por las calles de su ciudad. Esto está ocurriendo en muchas hermandades de algunas ciudades como Granada, Sevilla o la propia Córdoba, por lo que he leído en Gente de Paz, y en otros medios de comunicación. 

Todas estas hermandades, en las cuales se han incrementado el número de hermanos que son nazarenos y salen para realizar su estación de penitencia con la vestimenta específica de cada corporación, le han dado la importancia que se le deben dar a esta figura, pero no siempre ocurre esto. Hay determinados cofrades y no cofrades, que no le dan esa consideración que se merece a esta figura. Parece como que salir de nazareno en una hermandad sea un acto social o pasárselo bien con los amigos, para algunos, y no es eso. Ser o salir de nazareno es mucho más que eso, es hacer penitencia de forma anónima portando la llama, símbolo de la fe viva en Cristo y en su Santísima Madre, y vivirla con fe y devoción, eso es lo importante de salir y ser nazareno. 

Esto se debe concienciar desde pequeño a los más jóvenes de la casa, así como a los mayores que ya han sido costaleros y ya no pueden cargar más un paso, que hay otras formas de penitencia, de seguir acompañando a tu hermandad, de hacer penitencia. Por ejemplo, el otro día, leí en el perfil de una capataz de Granada, en una red social de cómo hablaba de esto, de qué después de dejar de ser costalero, algunos hermanos deberían coger el hábito nazareno y seguir haciendo penitencia con su hermandad, de qué cuando dejas de ser portador de un paso, hay otras posibilidades de seguir cada año, con tu hermandad en su discurrir por las calles de su ciudad. Otro ejemplo, lo he visto en el artículo que publicó en GdP hace más de uno, en su "Candelabro de Cola", Marcos Fernán Caballero, en el cual hablaba de algunas recomendaciones para ser un buen Hermano Mayor y miembro de una Junta de Gobierno, y en la cual una de esas recomendaciones, era la de fomentar "la cultura nazarena" entre costaleros, músicos, capataces, etc., poniendo en valor esta figura.  


En orden de cosas, he visto ejemplos de como algunos padres han ataviado con sus hijos de hombres de trono u horquilleros –en el caso de Málaga-, o costaleros o monaguillos (en este caso, porque son bastantes pequeños para salir de nazareno), y deben tomar conocimiento que salir de nazareno no es algo malo o deshonroso. En otras épocas, salir de nazareno era todo un lujo que muchos no podían costeárselo y que era la propia hermandad, la que le ayudaba a cumplir el deseo de acompañar a su hermandad o devoción.  

Esto es importante de concienciar, de darle el honor que se merece, de ser nazareno o salir de nazareno, ya que lo eres durante todo el año, siguiendo a Cristo y mostrando a los demás, su mensaje en el mundo como cristianos y cofrades que somos. Pero hay algo a reseñar, y es que acompañar a nuestra corporación, como nazareno, se debe hacer con humildad y decoro, de forma anónima como he dicho anteriormente, y que está recorrido en los reglamentos internos de nuestras hermandades. 

Les voy a contar una cosa, la semana pasada les comentaba que yo realizo la labor de diputado de tramo, pero anteriormente, he sido un simple hermano que he portado cada año mi cirio y he hecho penitencia con mi hermandad. La sigo haciendo desde esa labor y la intentaré hacer los años que pueda. Les invito aquellos que salgan, aunque sea una vez en su vida, de nazareno y vivan de otra forma la estación de penitencia; así como a otros que les de la importancia o consideración que se merece la figura del nazareno en nuestras corporaciones de pasión. 


Juan Evaristo Callejas Jerónimo












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