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domingo, 2 de febrero de 2014

La Catedral de Málaga sufre robos continuados desde hace meses

Roban una pieza barroca de plata en la Catedral de Málaga

No se sabe quién ha sido. Ni siquiera cuándo ocurrió el robo. Sólo se tiene la certeza de que al menos falta una pieza de plata del patrimonio de la Catedral de Málaga, que estaba guardada en la Sala Capitular de la basílica y a la que se accedió sin forzar las cerraduras de la puerta ni de la verja anterior.

La Policía Nacional confirmó ayer que ha tramitado la denuncia del Cabildo de la Catedral por el robo de un «Portapaz» del siglo XVII, realizado en plata y con un trabajo de repujado sencillo. Sin embargo, la sustracción ha encendido todas las alarmas, ya que su falta fue detectada hace una semana y casi de casualidad, al comprobar que había una disposición rara en algunos elementos de esta dependencia y comprobarse la ausencia de esta pieza.

El robo de este «Portapaz» presenta además varios elementos que hacen sospechar que la persona que lo haya hecho tiene un conocimiento notable de la Catedral y su funcionamiento interno. El primer elemento es que no había indicios de que se forzaran las cerraduras de las dependencias donde se guardaba la pieza, lo que ha hecho que se detectara el robo tan tarde.

De hecho, este «Portapaz» se encontraba en la Sala Capitular que fue habilitada hace tres años en unas dependencias en la parte baja de la torre sur de la Catedral (la que no se terminó) y a la que se accede a través de una puerta en la Capilla de los Caídos. El acceso a la capilla está cerrada por una verja, que no fue forzada. Pero es que además hay que franquear la puerta de entrada a la Sala Capitular, que está realizada en madera muy gruesa y con una cerradura importante, que tampoco tenía señales de estar forzada.


Otro elemento que llama la atención de este robo es que la pieza no fue cogida al azar, ya que parece que el ladrón conocía el valor de lo que se guarda en la sala y optó por una que podía tener salida y dejó de lado otras que estaban más a mano. Además, el resto de elementos que se guardan en este espacio fue dispuesto de forma que disimulara la desaparición del «Portapaz» y se tardara en detectar.

Queda por determinar si han sustraído más elementos del patrimonio de la Catedral, para lo que es necesario una revisión a fondo del inventario y su comprobación.

Esta pieza, pese a estar realizada en plata y datar del siglo XVII, no es la más valiosa de su tipo de las que hay en la Catedral de Málaga, donde se conserva otra del siglo XVI y estilo gótico que se expone en el Museo Catedralicio y que no ha sufrido ningún daño.

Otro intento

No es la primera vez que se produce un robo en la basílica de la Encarnación. Ya ocurrió otro intento en el año 2006, que terminó con el presunto ladrón hospitalizado al herirse en los genitales con la verja de la Capilla de San Rafael, cuando intentaba saltarla para acceder a ella.

Este intento de robo se saldó con algunos daños materiales en una vidriera de las ventanas de la Catedral, por la que accedió al interior del templo por la noche, además de una urna del siglo XVII y un lucernario, del que intentó llevarse el dinero.

Robos desde hace meses

No sólo ha sido un valioso portapaz de plata del siglo XVII lo que ha desaparecido de las dependencias de la Catedral de Málaga. El Primer Templo de la diócesis es víctima, desde hace meses, de robos continuados de distintas piezas dieciochescas y decimonónicas, de gran valor histórico y artístico. A los ladrones les ha dado por la Catedral y como ha confirmado el propio Obispado en un comunicado, tras la noticia publicada por este periódico, se ha producido las sustracciones de un cáliz, varios portapaces, portaviáticos y unas vinajeras.

El pasado 30 de enero, el deán de la Catedral, Alfonso Fernández-Casamayor, así como el delegado de Patrimonio de la diócesis, Francisco Aranda Otero, denunciaron estos robos a la policía, por encargo de la Comisión Permanente del Cabildo Catedralicio, iniciándose una investigación.

Los canónigos se encargan en estos días de hacer inventario para comprobar si han desaparecido más objetos.

En el caso del primer portapaz desaparecido, del siglo XVII, se encontraba en la Sala Capitular, que no está abierta al público y a la que se accede a través de la capilla de los Caídos, la primera de la nave de la epístola, bajo la torre sin terminar. Sin embargo, no hay señales de que se hubiera forzado ninguna puerta. Todo esto hace sospechar que el presunto autor del robo tiene un conocimiento notable de las dependencias de la Catedral.









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