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jueves, 8 de mayo de 2014

Dossier: San Rafael, historia de una devoción


Durante los días 5, 6 y 7 de mayo la Hermandad de San Rafael ha estdo celebrando los cultos en honor al Custodio de Córdoba. Una devoción muy arraigada en la ciudad y que, en estas líneas, repasamos brevemente:


En el año 1278 se ve Córdoba invadida por una peste que asolaba toda Andalucía; las oraciones, súplicas y penitencias se suceden continuamente para alcanzar la misericordia del Señor. Era en aquel tiempo titular de la silla de Osio el Obispo Pascual, varón de gran piedad y virtud solícito en ayudar a su grey. Entonces quiso Dios manifestar su bondad de manera extraordinaria.

Cuando estaba Córdoba más devastada por el contagio de aquel mal, se aparece San Rafael al Padre Simón de Sousa de la Orden Mercedaria, estando en el coro suplicando al Señor el remedio de tanto desastre. Díjole el Arcángel: -“Dirás al obispo, haga poner mi imagen encima de la torre, y encargue a todos me sean muy devotos y celebren mi fiesta todos los años, y con esto cesará el contagio”. El prelado ejecutó el mandato, desapareciendo el terrible mal que azotaba a Córdoba.

Pasados los siglos y viviéndose el 7 de mayo de 1578, se digna Dios, revelar al sacerdote Andrés Rolas mediante el Arcángel San Rafael el misterio oculto durante siglos sobre la Invención de las reliquias de los Santos Mártires encontrados tres años antes en la iglesia de San Pedro, manifestándole el culto y veneración que se le debían dar.

El padre Andrés de las Roelas frente aquellas apariciones queda desconcertado, y con objeto de verificarlas, le dijo aquel Ser de Luz: -“Te conjuro por Dios vivo y por el misterio de la Santísima Encarnación del Hijo de Dios, que me digas si eres Ángel de Luz o el Demonio” .

Y para testimoniar la veracidad de esta pregunta el Varón de Luz dijo estas palabras: -“Yo te juro por Jesucristo Crucificado que soy Rafael, Ángel, a quien Dios tiene puesto por Guardián de esta Ciudad.”

Ratificando el Santo Arcángel al padre Roelas que era “Medina Deis” para Córdoba, con estas palabras: -“Vendrán días en que las enfermedades y pestes habrán de suceder en este pueblo, pero ha de ser Dios misericordioso con él, por intercesión de los huesos de los Mártires”.

Desde esta fecha el pueblo fiel tuvo el convencimiento de que las alas protectoras del Arcángel San Rafael custodian a la ciudad de sus enemigos, y así podrán vivir tranquilos también de los males materiales al quedar conjurados con sólo hecho de pronunciar su Nombre mediante esta frase: -“San Rafael Bendito líbranos de todo mal”.

O esta breve estrofa que sirve como oración:

San Rafael Soberano
en peste y tribulaciones
eres tú en Córdoba amparo
y alivio de toda aflicción.

Según la tradición estos dichos se pudieron verificar en muchas epidemias y desastres, pero sobre todo en aquel famoso terremoto del 1 de noviembre de 1755 que asoló a Portugal y España quedando Córdoba libre de mayor catástrofe. Con motivo del mismo se celebraba una Procesión Solemne en Acción de Gracias todos los años el 7 de mayo que partía desde la Mezquita Catedral hasta la Iglesia del Juramento de San Rafael , donde participaban tanto el Cabildo Eclesiástico como el Municipal, precedido del clero parroquial con sus cruces respectivas. La procesión terminaba en una Solemne Misa y un “Te Deum” por los favores recibidos. Imitando a los ilustres Cabildos, el pueblo llano peregrinaba este día a visitar a su Santo Custodio. De esta forma se perpetuaba de generación en generación esta ferviente devoción, una de las más bellas tradiciones religiosas que atesoraba esta ciudad.

La historia litúrgica de la fiesta votiva a San Rafael del 7 de Mayo comienza en 1650 al reconocer Roma lo que se venía celebrando desde hacía décadas en Córdoba. Fue el papa Sixto V el que la incorpora en el calendario litúrgico cordobés como fiesta de la Aparición de San Rafael. Así estuvo celebrándose durante cuatro siglos, hasta que con fecha 11 de abril de 1970 la Congregación de Rito y Culto Divino la invalidó, al argumentar duplicidad festiva hacia el Santo Arcángel. Desde esta fecha prácticamente ha desaparecido esta tradición religiosa de las Apariciones, no así la festividad del titular que se celebra el 24 de octubre; prerrogativa que sólo la concede Roma a la diócesis de Córdoba, ya que la Santa Sede unificó las fiestas de los tres Arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael el 29 de septiembre.


La imagen de la ciudad de Córdoba está muy relacionada con las representaciones del Arcángel San Rafael, custodio de la ciudad. Debido a que la devoción de la capital andaluza por San Rafael es muy alta. Los triunfos de San Rafael, están asociados a la imagen de la ciudad. El Arcángel tiene una gran representación en Córdoba en forma de estatuas llamadas triunfos.



Este, el más importante y fastuoso de la urbe, es una escultura que se encuentra entre la Puerta del Puente, más conocida como Arco del Triunfo y la Mezquita, erigido sobre pedestales almohadillados flanqueados por columnas estriadas.

Es una obra de Verdiguier, que lo terminó en 1781 se sostiene sobre una columna y que vigila la ciudad. Se mandó construir en acción de gracias por haber librado el arcángel a la ciudad de un terrible terremoto.

Es una costumbre que en años de grandes penurias o epidemias, las gentes de Córdoba se encomendaban a su Santo Custodio, erigiendo triunfos por doquier, por ese motivo podemos encontrar al protector de la ciudad en:

Plaza de San Hipólito
Puerta Nueva
Plaza de San Basilio
Plaza del Potro
Plaza de la Compañía (1736)
Plaza de los Aguayos (1783)
Glorieta Conde de Guadalhorce (1743)

El origen de la devoción por el arcángel San Rafael por la ciudad de Córdoba comienza en el siglo XVII, durante los años en que la ciudad sufre una fuerte epidemia de peste. Según la tradición, San Rafael se apareció en sueños al padre Andrés de las Roelas y para darle el mensaje de que él salvaría a Córdoba de la epidemia.

En la aparición el arcángel pronuncio la frase  Yo te juro, por Jesucristo Crucificado, que soy Rafael, ángel a quien Dios tiene puesto por guarda de esta ciudad. Frase que podemos ver en el Triunfo obra de Verdiguier.

Cuando la peste empieza a remitir, las apariciones del arcángel corren por la ciudad, siendo nombrado a partir de entonces Custodio eterno de Córdoba. Pocos años después, a finales del mismo siglo, comienzan a levantarse estos monumentos, financiados por particulares y corporaciones locales.


Existieron unas reglas y constituciones aprobadas, el 15 de diciembre de 1734, por el obispo de Córdoba y que, posteriormente, fueron sancionadas y aprobadas por el rey Felipe V, el 30 de enero de 1737, en Madrid. Reglas que durante mucho tiempo desaparecieron y que, afortunadamente, hoy conserva la Hermandad. Poseen una pintura, realizada por el memorable pintor de esta ciudad Antonio del Castillo, que tiene por cabeza a nuestro Sagrado Arcángel. Estas reglas constaban de 23 suscintos capítulos, siendo el decimosegundo el más extenso "Del modo de hacer las elecciones" en el que se puede leer los siguiente: "... y antes de voar se rezará de rodillas el Veni creator... se publicará la elección y se entonarán el Te Deum... Todo Hermano Mayor al dejar su puesto, continuará perteneciendo a la Junta Directiva con el título de Consejero perpetuo"

Siendo Obispo de Córdoba el Rvdmo. y Excmo. Sr. D. Francisco Solís del Sagrado Orden de Ntra. Sra. de la Merced y Provisor D. Manuel González Benito se aprobaron nuevas constituciones el año de 1766.




Fuente Fotográfica
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