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miércoles, 9 de julio de 2014

La procesión de los gestos sencillos: "Ayudar en el voluntariado engancha"


Blas Jesús Muñoz. La procesión de los gestos sencillos se acerca hoy hasta Granada, donde Cáritas Diocesana lleva a cabo numerosos programas con los que poder ayudar desde todos los ámbitos a las personas más necesitadas de la provincia.

En las siguientes líneas, les acercamos esta labor que Granada Hoy recoge en este artículo:



Frente a la Plaza de Toros de Granada se encuentra un lugar en el que la solidaridad es la base, Cáritas Diocesana. De lunes a viernes desde las ocho de la mañana a la una y media de la tarde los voluntarios de esta ONG aportan su granito de arena dentro de los diferentes programas que conforman esta organización. En la actualidad dos son las hermanas que se hacen cargo del programa de voluntariado. Dolores Angulo es la encargada de explicar todas las tareas que se realizan en este lugar lleno de solidaridad y de fe.

La base de Cáritas son las parroquias en las que se forman las llamadas Cáritas Parroquiales. En la provincia de Granada un centenar los municipios que cuentan con esta ONG.

Los programas que desarrolla Cáritas son múltiples desde el ropero, la inclusión sociolaboral, la atención integral para mayores, las casas de acogida o la atención a inmigrantes, entre otros.

En la actualidad se lleva a cabo el Economato Solidario, un programa en el que colaboran la Asociación de Cofradías de Granada y la cooperativa de supermercados Covirán. Este proyecto permitirá a las familias necesitadas adquirir alimentos a bajo precio, toda una acción solidaria para la que Cáritas busca a 83 voluntarios.

Uno de los pilares fundamentales que destaca la encargada de voluntariado es el centro Oasis, un lugar de atención integral dedicado especialmente a familias formadas por mayores con hijos con discapacidad a su cargo. "La labor de este centro es muy importante ya que cuando los padres mueren sus hijos tienen un lugar en el que seguirán atendidos", apunta Angulo.

Ser voluntario de Cáritas es muy sencillo. La responsable del voluntariado explicó que el primer paso es "dirigirte a tu parroquia y que de ahí te remitirán a Cáritas Diocesana para hacer una entrevista". Según los gustos y preferencias el voluntario entrará a formar parte en alguno de los programas existentes.

Todo un abanico de posibilidades con el que poder ayudar y ofrecer tiempo libre a personas que están necesitadas.


Candela Moreno Dávila. "El contacto con la gente me ha ayudado"

Con una sonrisa en la cara Candela recuerda cuando entró de voluntaria hace 6 años. Tras prejubilarse decidió dedicar su tiempo libre a ayudar a los demás y eligió Cáritas debido a su vocación católica. Ha pasado por diferentes programas de voluntariado, pero empleo ha sido una de las vertientes en las que esta voluntaria ha pasado más tiempo. Desde su mostrador ha visto pasar a numerosas personas, ha hecho entrevistas, dado citas o tomado los datos necesarios para intentar encontrar un puesto de trabajo a la persona que lo ha solicitado. Sin embargo, lo que más ha sorprendido a Candela es el cambio de perfil del solicitante que ha habido en muy poco tiempo. "Antes venían pidiendo ayuda gente poco cualificada, por decirlo de alguna manera, sin embargo, en la actualidad viene gente con mucha preparación: abogados, farmacéuticos, arquitectos...", afirma esta voluntaria con preocupación en su voz. El número de personas que piden ayuda es el doble que hace algunos años. "Hay días que ha habido tanta gente que no daba casi tiempo a atenderlos a todos". Candela también resalta la labor que hacen las parroquias y recuerda que el primer paso tanto para pedir ayuda como para ser voluntario es dirigirse a las Cáritas Parroquiales que hay en muchos de los municipios de la provincia granadina. Además de la búsqueda de empleo, los cursos de formación son otro de los pilares que más destaca esta voluntaria, todo un abanico con el que Cáritas y la Junta de Andalucía quieren poner su particular granito de arena. No todo es tan fácil. El principal problema es la falta de voluntarios suficientes para esta ONG. Por ello, Candela hace hincapié en que "la situación de paro actual hace que muchos jóvenes tengan mucho tiempo libre. Este tiempo lo pueden emplear en ayudar a otra gente". En cuanto a los programas de voluntariado que ofrece Cáritas, estos no se quedan en la búsqueda de empleo o en los cursos de formación. La organización cuenta con residencias de ancianos, ropero o atención integral para los ancianos. "Hay muchos programas en los que poder ayudar y se necesitan colaboradores. Hay muchas veces que somos muy egoístas", asegura Candela. Lo que más valora esta granadina de su voluntariado es el contacto con la gente. "Me ha ayudado mucho". En la actualidad Candela colabora en el módulo de formación, un lugar en el que se dan cursos formativos tanto para voluntarios como para trabajadores de Cáritas. Dentro de los diferentes programas de esta ONG Candela destaca el voluntariado de las parroquias. "Es el más bonito porque es el primer choque que tiene la persona con la ONG. Además, las parroquias hacen mucho bien porque son las que están encima de las personas de sus alrededores", apuntó esta voluntaria.


Manuel López Guadalupe. "Aquí somos los papis de muchas personas"

Manuel López Guadalupe fue profesor de universidad hasta los 70 años. Hoy, con 81 ya cumplidos, es desde hace siete voluntario. Este profesor ha decidido seguir dedicándose a la docencia después de su jubilación y por ello es uno de los integrantes del programa Mirlo. Entre sus nuevos alumnos se encuentran senegaleses, árabes o cameruneses, principalmente. Durante dos días a la semana Manuel es el encargado de enseñar español fundamentalmente. "Muchos de los alumnos que vienen ya saben hablar algo de español pero no saben escribir. Yo les digo que la escritura es muy importante y una de las bases fundamentales para poder encontrar un trabajo". El número de alumnos ha descendido en los últimos años. De 150, en la actualidad son unos 90 los inmigrantes que se forman en las aulas de Cáritas. Pero no sólo la enseñanza es la base de este programa, también se les da calzado y ropa, e incluso un bonobús para aquellos que lo necesiten. "Todo esto está muy controlado para que no nos engañen. Por eso siempre nos remitimos a su Cáritas Parroquial para ver si realmente necesitan de esta ayuda", reseña Manuel. Otra de las cuestiones que más destaca este voluntario es que esta experiencia es muy "reconfortable porque aquí lo que hacemos es ayudar a nuestros hermanos". Entre las numerosas anécdotas que dejan estos siete años de voluntariado, Manuel destaca las muestras de gratitud y cariño de las personas a las que ha ayudado. "Una vez iba por la calle con mi nieta cuando uno de mis alumnos me vio y me dijo: 'Adiós papi'. Mi nieta me pregunto que por qué me llamaba papi y yo le dije que aquí somos las mamás y los papás para muchas personas". Para las personas que se planteen hacerse voluntarios este profesor tiene muy claros los argumentos para convencerles. "Yo les diría que si tienen tiempo que lo dediquen al voluntariado porque es muy reconfortante. Aquí los horarios son muy flexibles y se hace una labor muy extraordinaria con estas personas". Manuel cuenta que también son muchas las personas que han encontrado ayuda en Cáritas y que con el paso de los años siguen agradecidas. "Hay muchas personas que hablarán muy bien de España y esto la administración no lo verá. Son muchas las cartas de agradecimiento y de felicitación que recibimos de muchas personas a las que hemos ayudado. Éstas siempre tendrán esta imagen de este país y eso es muy importante", asegura este voluntario veterano.


Carmen Muñoz Caraballo. "Ayudar en el voluntariado engancha"

Carmen Muñoz Caraballo es una de las voluntarias más veteranas. Se quedó sin trabajo muy joven y decidió dedicar su tiempo libre a ayudar a los demás. De esto hace ya más de 26 años. "Ayudar aquí en el voluntariado engancha", revela sonriente Carmen. Esta voluntaria trabajaba en una farmacia y tras perder su puesto de trabajo descubrió que Cáritas necesitaba una farmacéutica. No se lo pensó. Ha pasado por numerosos puestos dentro del voluntariado: siete años trabajando en el mostrador, responsable del departamento de atención primaria, cajera, secretaria y, finalmente, vicesecretaria. Lo que Carmen encuentra en el voluntariado es "una manera de vivir la fe. Es una forma de acercarse a los demás, ver a Jesucristo en el pobre y una forma de mostrar a estas personas que Dios si se acuerda de ellos". Durante todos estos años esta voluntaria ha tenido muchas experiencias, tanto buenas como malas. Sin embargo, lo que más destaca es que "los voluntarios damos lo que podemos de tiempo, de sonrisas, de acogida o comprensión, pero nosotros recibimos mucho más de lo que damos de todas las personas a las que ofrecemos nuestra ayuda". Carmen reafirma en numerosas ocasiones que el voluntariado es muy necesario y engancha a aquellas personas que se deciden a emplear su tiempo en él. Esta veterana lo tiene muy claro y le diría a los futuros voluntarios de Cáritas que "piensen que los dones que se poseen no son exclusivamente nuestros, sino que estos están para poder compartirlos con los demás. Así, las personas que tienen tiempo, cultura suficiente o alguna inquietud tienen que compartirla con los demás, y para ello la mejor forma es hacerse voluntario de alguna ONG".

De lunes a viernes desde las 9:30 hasta las 13:30 Carmen aporta su particular granito de arena a estas personas. Resalta que otro de los pilares fundamentales de su trabajo es escuchar. "Hay muchas veces que nosotros no podemos solucionar un problema u ofrecer la ayuda necesario, sin embargo, estas personas se van en parte reconfortadas porque han encontrado a alguien con quién hablar y que les ha escuchado", puntualiza Carmen.








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