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viernes, 20 de marzo de 2015

Verde Esperanza: La Enseñanza Religiosa Escolar, esa arma arrojadiza


            En este penúltimo artículo antes del Domingo de Ramos, me propongo reflexionar sobre un tema que atañe de lleno a mi profesión, que como ustedes sabrán si me siguen, es la de maestro. Estamos acostumbrados a hablar de Cofradías todo el tiempo, más aún ahora en cuaresma. Bandas, ensayos, pregones y conciertos, todo ello apasionante para cualquier cofrade, pero hoy me gustaría detenerme un poco en esta recta final que ya nos permite intuir el primer bombo del tambor en tan sólo unos días. También de meditación se trata la cuaresma.

            Hace poco mantuve una conversación con un buen amigo, que más que amigo es hermano, sobre cómo hablar acerca de las Hermandades a los más pequeños. Mi recuerdo de la clase de Religión se basa en colorear nazarenos en Primaria –con este amigo del que les hablo, precisamente-, y en las etapas posteriores más bien lecturas de textos de la Biblia y preguntas de comprensión lectora. Vamos, nada de nada. Ha sido en la Universidad cuando se me despertó la luz racional de la Religión, con las asignaturas para obtener la especialidad en Enseñanza Religiosa. Ahí es donde he descubierto las razones que sustentan nuestra fe, he profundizado en mi propia Religión y he conocido otras. La pregunta que viene a mi mente es obvia…



            ¿Por qué el resto de la población no tiene acceso a estos conocimientos? Porque de la Catequesis de Primera Comunión tampoco se acuerda uno de gran cosa, y pensemos cuántos de los que la realizan posteriormente acuden a la Catequesis de Confirmación, donde sí se profundiza en el Catolicismo. Ni los cristianos saben sobre su propia religión, es tan triste como real. Realmente, la pregunta que abre este párrafo es tiernamente inocente. La que habría que realizar es: ¿Por qué a los gobiernos –a todos- no les interesa que el pueblo tenga una formación cultural-religiosa mínimamente aceptable?

            Ahí está el quid de la cuestión. Si lo de nuestra Nación desde la Democracia es un verdadero desmadre en temas de Educación, con Leyes Educativas que salen a la luz –algunas ni eso-, entran en vigor, van al cajón de la basura, se derogan para volverse a manipular según el partido político de turno, con la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE en adelante), ocurre algo incluso peor. Podría realizarles un breve recorrido desde antes de 1970 hasta nuestros días, pero intuyo que podría llegar a aburrir, y no es lo importante del tema. A grandes rasgos, vaivenes como modalidad de la ERE no obligatoria, catequética y no catequética, con y sin carácter curricular. Su alternativa, otro cachondeo: estudio asistido, Ética, ¡hasta no existir alternativa y ser hora libre! Históricamente han sido una patata caliente que nadie ha querido tener entre las manos, incluso un arma arrojadiza utilizada contra el partido rival. Constantemente en entredicho, con peso curricular inexistente, con facilidades para el docente especialista nulas, la ERE ha sobrevivido como buenamente ha podido. De la reputación de las clases de Religión, mejor ni hablamos. ¿Qué peso específico puede tener una asignatura con treinta minutos semanales? ¿Qué puede hacer un profesional en ese tiempo? Y, por ello, ¿cómo conciben a estos profesionales la comunidad educativa incluidos algunos –que dicen ser- compañeros? No les puedo contar las cosas que he visto con mis propios ojos en el colegio, porque la ética no me lo permite, pero les aseguro que muchos se caerían de la silla. A otros les daría igual, incluso alguno se reiría. Así de listos somos.

            La conclusión es sencilla, a la Administración en general no le interesa que la población esté formada en Religión y Cultura. Por ello, permiten –cuando no, incitan- que la profesión de Maestro de Religión quede en peor situación aún que la de Maestro a secas, y ya es complicado. Por ello, a los políticos en general no parece importarles que los ciudadanos de dentro de 5, 10, 20 o 30 años no tengan ni puñetera idea de cuántas reminiscencias religiosas existe en nuestra propia cultura, la de España. Por ello, tristemente, ningún gobierno nos quiere bajo su cobijo. No quieren más cristianos, ni quieren ciudadanos que respeten al cristiano y su razón de ser. Pretenden dar una visión histórico-cultural totalmente sesgada, viendo a la Religión como un bicho raro o una casualidad más de los distintos períodos históricos por los que ha ido transcurriendo nuestro ex País. Un entendimiento parcial de todo lo que rodea a los alumnos en la actualidad, pudiendo pensar que quien entra a una Iglesia está haciendo algo extraño, algo raro.

            No obstante, los padres y madres siguen inscribiendo por el momento a sus hijos en clase de Religión, hace poco redactaba una noticia que atestiguaba que el 87% de padres y madres andaluces lo solicitaba. Pero el poder de destrucción que tiene la Administración Educativa es un gigante al lado de las demandas de los padres. Sin embargo, resulta que por esto nadie protesta, a nadie parece preocuparle la calidad de la educación integral que los niños reciben en la escuela. Que almacenen (inútilmente, se lo digo yo) conocimientos –sesgados, como dije- de Matemáticas, Ciencias Naturales y Sociales e Inglés. Muchos, cuantos más mejor. Pero que no sepan quién es Jesús, qué es una Iglesia o qué valores defiende el cristianismo. Eso no conviene. Mi pregunta es: ¿puede tener un alumno un “pleno desarrollo de la personalidad humana” sin la ERE? Rotundamente NO. Estaremos ofreciendo una educación incompleta, ineficaz y sesgada interesadamente, y creando ciudadanos sin ningún tipo de conocimiento ni respeto por el hecho religioso. Eso se llama adoctrinamiento, y es propio de los regímenes dictatoriales. Peligroso, muy peligroso, basta de que nos pisen en la escuela.

            Por cierto, y puede no tener nada que ver, o igual tiene todo que ver. Les dejo el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado (*), por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”
* Lo que está en negrita me lo guardo para algún futuro artículo, espero no tener que sacarlo a pasear muy a menudo.
          
Y el artículo 26, que también me apetece citarlo.

Articulo 26
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.”
José Barea













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