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domingo, 19 de mayo de 2013

Córdoba ya está en el Paraíso Terrenal

Córdoba ya está en el paraíso terrenal para los rocieros…Ya toca saborear las mieles de la romería y esperar la hora en la que los almonteños salten la reja y la Señora visite los Simpecaos de las 112 hermandades filiales.

Ayer, la hermandad cruzaba el Puente el Ajolí, ese puente que es el umbral para entrar en el Cielo. 



Atrás...
Quedó Torre Abad,
La Luisiana
Y el Cortijo de Montenegro.

Después del Chamorro,
Echaron el sesteo,
Para entrar en Bujalmoro,
Con todo nuestro salero.

En la noche de la Corchuela,
A velar el Simpecao vinieron
La orgánica de las abuelas
Como antaño ellas hicieron.


Cruzamos Coria,
Con todos nuestros sueños,
Y escuchamos a los niños,
como querubines del cielo.

En la ermita de San Diego,
La Hermandad dijo aquí me queo,
Para soñar con la siesta,
Que pasarían en Torneros.

Con la alegría del reencuentro,
Con Moratalaz nos encontramos,
Al llegar a la Cañada de la Barca,
Los dos juntos con el Quema soñamos.



Señorío de Córdoba en el río,
Quítate por Dios ese sombrero,
Que este río es bendito hermano
Y aquí fue mi bautizo rociero.

Entramos en Villamanrique,
Al son de Antonio el pitero,
Y la carreta subió los escalones,
Como si navegara en el cielo.



Mujer, entramos en la raya,
Ponte el más bonito pañuelo,
Que ni el sol, ni el polvo de la arena
Estropee el moreno de tu pelo.

La pará de mi sentir
Atrás fuimos dejando
Palacio de mi vida
Cuantas noches a mi Simpecao velando.
Y llegamos al Ajolí,
Para juntos entrar cantando,
Que un año más, Señora,
   Córdoba ya está entrando.



Ya está en la aldea y se estarán preparando para saludar a la anfitriona y a la Virgen con sus mejores galas. Yo seguiré soñando con el domingo por la mañana, porque mientras mis hermanos rezan juntos en el Real en la Pontifical, yo estaré de camino. Después de tres largos años…volveré a pisar esas benditas arenas el Domingo de Pentecostés.

Llegaré con la misma ilusión que cuando iba de la mano de mis abuelos y mis padres y mis pies eran tan chiquitos que se quedaban atrapados por aquellas arenas. Llegaré soñando con el domingo por la noche, cuando su mirada se encuentre con las Marismas y se pare en el pocito que siempre mana para los rocieros.

Tres largos años soñando con verte cara a cara con mi Simpecao…

Tres largos años escuchando a mis hermanos rezar la salve a través del teléfono…

Tres largos años anhelando verte soberana por el Real…

Por eso hermano almonteños…, déjala un poquito más este año en Córdoba, que esos minutos me darán la fuerza necesaria para combatir los años de ausencia… Esos minutos, me darán el aliento para sobrellevar las adversidades de la vida, porque eso es Ella para mí…mi vida, mi fuerza… Deja que pueda cantarle en silencio, que pueda darle las gracias por todo lo que me ha concedido…

Hermano almonteño, tú que la disfrutas todos los días, déjala un ratito más…, que mi gente de la marisma del cielo te ayudará con tu carga. Hermano almonteño…déjamela un ratito…


Este año, en ese momento mágico con el que sueño todo el año, volveré a sentir la caricia de mi padre después de haber ayudado a mi hermano a elevar a nuestro Simpecao al cielo; y podré sentir el abrazo de mi abuelo, que junto a mi padre y a mi hermano, han cumplido con la tradición un año más.

Volveré a vivir el momento intenso de mi pregón de este año…, cuando San Pablo se convirtió en el Real y vi acercarse a la Señora desde la puerta hasta el Altar… los asistentes se convirtieron en almonteños, el suelo en arena y las paredes en blancas casas de hermandad…Déjame el tiempo suficiente Rocío, para que pueda decirte lo que en Córdoba te pregoné…

…Córdoba está preparada
Aquí en El Real,
Para decirte Rocío
Que contigo siempre está.

Acércala almonteño,
Que juntos queremos pedir,
Que en este mundo haya paz
Y nunca nadie tenga que sufrir.

Que ningún niño, Madre mía,
Vea como en manos de su familia,
Vea como despacio,
Se le escapa su corta vida.

Dos querubines cordobeses
Con sangre de marismas,
Han bajado del cielo
Hasta esta tierra bendita,
Para decirle al mundo entero
Que aún esperan justicia.

Señora, Tú su ángel de la guarda,
Sé que también suspiras,
Por ver que hay pobres padres,
Que con la vida de sus hijos terminan.

Acércala almonteño,
Y despacio pósala,
Pa que Córdoba ante Ella
Pueda presentar. 
Y se entere to el Real
Que con gracia sultana…
Córdoba,
Ante la Gloria está.

Cuando termine este momento…mi corazón podrá volver a mi tierra, porque esos minutos me habrán dado la vida, la ilusión y la esperanza para volver a esperar todo un año.



Raquel Medina Rodríguez




Fuente Fotográfica



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